¿Hay esperanza para las y los jóvenes en México? (Primera parte)

Esa ilusión de utilizar la credencial por primera vez podría inclinar la balanza a su favor o en contra.

¿Hay esperanza para las y los jóvenes en México? (Primera parte)
Mafer Olvera

Por Mafer Olvera
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En México habitan 37. 8 millones de personas entre los 12 y los 29 años. De este universo, 26.2 millones se encuentran inscritos en el padrón electoral y podrán votar en las próximas elecciones del 2 de junio. Esto representa el 30% de la lista nominal de todo el país, de acuerdo con el INE. Este año, quienes tienen entre 18 y 19 años y votarán por primera vez serán 3.9 millones. Históricamente, la participación de los primeros votantes o primovotantes es muy alta, tal fue el caso de las elecciones 2018, en las que participaron entre el 62% y 70%.

Este año se espera una participación igual o superior. Las candidatas y candidatos, los partidos políticos y sus equipos de campaña saben que esa ilusión de utilizar la credencial por primera vez podría inclinar la balanza a su favor o en contra.

¿Qué determinará su intención de voto para la próxima elección más grande del país -20,708 cargos locales y federales- y en la que por primera vez podrían tener a una presidenta? Eso no lo sabemos del todo. La Encuesta de Tendencias Juveniles CDMX, realizada por el Instituto Nacional de la Juventud (INJUVE) en 2018  preguntó a 8,997 adolescentes entre los 12 y los 17 años: “Si pudieras votar por primera vez ¿en qué basarías tu decisión?

Y así contestaron:

1)      Lo que yo creo: 61%

2)      Lo que yo investigue: 28%

3)      Lo que digan mis padres: 7%

4)      Lo que digan mis amigos: 4%

Entre estos factores, resulta interesante ver que no figuran elementos propios de una participación con visión de desarrollo a largo plazo, o de reconstrucción de un país a partir de verdaderas oportunidades en materia de empleo, seguridad, educación, cultura, salud mental o erradicación de todo tipo de violencia o discriminación juvenil. Lo cual, para quienes deciden su futuro resulta conveniente. Ante una juventud que pide a gritos candidatas y candidatos a la altura de sus necesidades, se encuentran propuestas estériles, ocurrentes y cargadas de adultocentrismo que quiere sonar cool.

A pesar de todo, estos jóvenes primerizos seguramente saldrán a votar.

Lo que sucede más adelante, después del fervor de la primera elección es alarmante y triste.

Cuando ya tiene 24 años o más y en adelante hasta los 30, la participación baja drásticamente en elecciones locales, federales e intermedias. Por ejemplo, en las elecciones de 2018 votaron cerca del 33% de adultos jóvenes entre los 19 y los 34 años, o sea ni la mitad.  ¿Por qué se diluye su participación? Mañana en este espacio, te comparto la segunda y última parte de mi análisis. 

*Mafer Olvera es especialista en políticas públicas de juventud. Fue directora del Instituto de la Juventud de la CDMX, 2012-2018. Creadora del Modelo Hospital de las Emociones. Premios ONU, 2017 y CHIUKU MTV Latinoamérica, 2016. Ponente en el Foro de Alto Nivel ONU, NY, 2016 y 2017. Defensora del derecho al bienestar y la salud mental.
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@maferolverac

Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.